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El escándalo del Parlamento Europeo destaca la necesidad urgente de reformas

El escándalo de la “corrupción de Qatar” del fin de semana en el que los fiscales belgas acusaron a la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili, y a otros tres por cabildeo ilícito reveló a muchos que la UE tiene un problema de corrupción. En The Good Lobby sabemos esto desde hace tiempo; de ahí nuestro esfuerzo por igualar el acceso al poder.

El profesor Alberto Alemanno, fundador de The Good Lobby, ha calificado el escándalo como “el más impactante en la historia de la integración de la UE, potencialmente capaz de desencadenar no solo una reforma regulatoria seria sino también una gran transformación en la cultura política de la UE”.

The Good Lobby argumenta que la UE debe utilizar este último escándalo de integridad como trampolín para una reforma real.

Aquí hay cuatro reformas que ayudarían a proteger contra la corrupción:

En primer lugar, las instituciones de la UE deberían establecer una autoridad ética común e independiente, dotada de suficientes recursos y capacidades de investigación y sanción. Esto es lo que prometió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando asumió el cargo, pero hasta ahora no ha cumplido. Aquí está el estudio que fue solicitado por el ponente del Parlamento Europeo y que sirvió de base para la propuesta que actualmente está considerando la comisaria Jourova.

En segundo lugar, las normas vigentes sobre transparencia, conflictos de intereses y puertas giratorias en las instituciones europeas (en particular, los códigos de conducta de las instituciones) deben reforzarse imponiendo obligaciones de información a todos los miembros del Parlamento. Si bien la Mesa gobernante del Parlamento se ha opuesto durante mucho tiempo a tal obligación en nombre de la libertad de su mandato electoral, los eurodiputados ahora deben aceptar informar todas sus reuniones como una oportunidad para demostrar su real libertad de intereses especiales.

En tercer lugar, el cabildeo de terceros países, ya sea por parte de embajadas o de terceros, también debe publicarse en el Registro de Transparencia de la UE. En este momento, los gobiernos están exentos de las ya escasas normas de transparencia de la UE. Del mismo modo, las reuniones con representantes de terceros países deben ser divulgadas por todas las instituciones de la UE, incluidos los eurodiputados individuales.

En cuarto lugar, el Registro de Transparencia de la UE debe ser obligatorio mediante la adopción de un acto legislativo, en lugar de un mero acuerdo interinstitucional, y debe reforzarse con recursos adicionales. En última instancia, se necesita un compromiso claro de todas las instituciones para aceptar solo reuniones con cabilderos registrados y publicar todas las reuniones de cabildeo en un sitio web central que esté vinculado al registro común de transparencia de la UE.

“En última instancia, el escándalo que se está produciendo es feo. Su misma fealdad debería motivar a los líderes políticos de la UE a finalmente hacer las cosas bien”, añade el profesor Alberto Alemanno.

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